domingo, 28 de noviembre de 2010

LA CINTA ROJA Carmen Posadas

Me ha gustado muchisimo, a la espera de leer el ultimo libro de Carmen Posadas he leído este que  alguna de vosotras me ha recomendado y he descubierto que era una ignorante de la revolución francesa,
Además del valor histórico de la novela, me ha gustado la manera de una mujer de sobrevivir y adaptarse a un mundo en cambio radical, con las armas que tiene a su mano y obviamente con los valores de su época, Gracias a Dios hoy tenemos otras armas !!!


La novela se narra en primera persona, en los años comprendidos entre la Revolución francesa y la subida de Napoleón al trono como primer hombre de Francia. La ambientación es excelente, llena de poesía en el lenguaje y buen gusto en el detalle, lo que crea unos escenarios de una plasticidad casi real. El vestuario, descrito con soberbia elegancia de quien entiende que es importante la primera impresión y está acostumbrada a apreciar cada complemento en un solo vistazo; las casas, recreadas con las sensaciones que transmiten al entrar en ellas, desde las lujosas mansiones llenas de ornamentos de época a las cárceles, donde uno no puede evitar oler la suciedad y un gesto de asco ante la inmundicia.
El entramado histórico es interesante, riguroso con los datos y a la vez con esa desmitificación que da el vivir en primera persona los hechos que a lo largo de los años se magnificarían o se despreciarían.
Hasta aquí, es fácil. Ahora viene lo complicado. Los personajes, correctamente construidos y desarrollados, tienen esa objetividad del paso del tiempo y arrastran el juicio de la Historia en ellos, pero es que ninguno importa, sólo son comparsas necesarios para explicar distintos hechos, igual que los decorados o los atuendos. Porque lo importante del libro, a pesar del reclamo histórico y del paralelismo con la Pimpinela, es su protagonista.
Es Teresa Cabarrús un personaje lleno de claroscuros según reza y resume la contraportada. Y es así en cuanto a las vicisitudes que tuvo que pasar por aquellos turbulentos años. Se vio en todas las situaciones posibles: aristócrata, amante de los poderosos, revolucionaria, espía, condenada a morir en la guillotina, salvadora de infelices… todos estos adjetivos son los que aparecen en sus biografías pero de nuevo no dejan de ser más que parte del escenario, escenario, repito, bien edificado.
Pero es la Teresa Cabarrús que crea la autora, es fascinante . Y he aquí la verdadera dificultad de hacer esta reseña, porque en ese sentido, no es un libro de historia. Es un verdadero tratado sobre la supervivencia de la mujer en la historia que escriben los hombres, con las únicas armas que dispone: su belleza y su inteligencia.
Teresa es una figura controvertida y a la vez simple, sus acciones pueden juzgarse frívolas o comprometidas, interesadas o generosas, intrigantes o inocentes, apasionadas o manipuladoras, depende del cristal con qué se miren. Por encima de todas ellas, sin justificarlas ni avalarlas con una moral hecha a la época, con honestidad y sinceridad, se sitúa este peón de segunda fila histórica, como tantos habrá habido, testigo privilegiado de acontecimientos tan importantes, que supo capear y salir bien parada de ellos, sin renunciar a una vida intensa   La importancia de un adorno en el pelo, una mirada estudiada para causar un efecto determinado, la clasificación de un individuo con un vistazo, el olfato de cómo cambian los vientos políticos y los afectos populares… todo esto rezuma página tras página ese sexto sentido femenino que ella supo aprovechar y la escritora apreciar. Por encima de prejuicios y estereotipos, con autenticidad y solidez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario