sábado, 11 de junio de 2011

SEÑORA DE ROJO SOBRE FONDO GRIS Miguel Delibes

Para mí ésta es una de las historias de amor más bonitas de las que he leído que define con palabras lo que sientes cuando amas a alguien, lo que sientes cuando lo pierdes, lo que sientes cuando no está a tu lado.

No es de las novelas más famosas de Delibes, pero para mí es una de las mejores. Es difícil no caer en los tópicos de la novela romántica cuando se cuenta una historia de amor, pero os aseguro que Delibes lo consigue.
 Habla de Ana como la mujer que le enseñó a enfrentarse a un lienzo en blanco, como la que le descubrió la belleza y la plenitud de lo cotidiano,  que llenaba todo con su presencia… Cuenta que su amor se basaba en la admiración mutua, en la comprensión y el respeto.
Es un libro autobiográfico y un homenaje del autor a su esposa.


Señora de rojo sobre fondo gris




Señora de rojo sobre fondo gris Bellísima narración en la que un prestigioso pintor, sumido en una grave crisis creativa, va hilando ante su hija sus recuerdos más íntimos en un monólogo que es a la vez homenaje y exorcismo. Su relato se centra en dos acontecimietos: la detención de su hija y su yerno por motivos políticos y, fundamentalmente, la enfermedad y muerte de su mujer, Ana, a los cuarenta y ocho años de edad. Ana contagiaba una sensación de belleza y plenitud que cobró su verdadero alcance sobre el fondo gris de lo cotidiano y los sinsabores de la enfermedad. Historia de un amor en carrera desenfrenada hacia la muerte y sobrecogedora semblanza de un personaje femenino. "Señora de rojo sobre fondo gris" es una profunda lección de humanismo y madurez artística que solo Miguel Delibes podía ofrecernos. Un pintor cuenta a su hija la relación que tuvo con su mujer, recién muerta tras una operación. Este es el planteamiento de este volumen de Miguel Delibes. El pintor ha perdido la inspiración: a lo largo de la obra se descubre cómo es la enfermedad de Ana, su mujer y su musa, la que le ha ido privando de ésta, ya que desde que comenzó su padecimiento no consigue volver a pintar nada nuevo.
El nombre del libro viene del nombre de un cuadro. Ana tenía simpatía por un viejo pintor, García Elvira, al que atendía tras haberse quedado viudo. García Elvira es el que la retrata: "fue en esa etapa cuando le pintó el famoso retrato con el vestido rojo. [...] eludió el fondo; únicamente una mancha gris azulada, muy oscura, en contraste con el rojo del vestido". Entonces es el narrador el que hace ver sus celos por el pintor, que intenta seducir a su mujer, y por su obra, pues no podía soportar que hubiese sido otro el que la captó en todo su esplendor.
La hija a la que le cuenta la vida con su mujer, había estado en la cárcel por conspiración contra el régimen. Y cada vez que recuerda las visitas que le hacían a Carabanchel surge la misma imagen: Ana, la primera, decidida, después Basilio, su cuñado, saludando a todos los presos políticos, que le devolvían el saludo gustosos; y después el resto de familiares. Esta escena la evoca hasta tres veces, en igualdad de condiciones, aunque cada una corresponda a situaciones diferentes, quizá porque en el momento que escribíó el libro (1976) estábamos en plena Transición.
El tumor cerebral que acabará matando a Ana va apareciendo poco a poco, y en cada capítulo se van apreciando los cambios que presenta. Narra cómo la actividad frenética de su mujer va disminuyendo a la vez que su capacidad creativa. Ella lo intuía, pero no pensaba que su carencia de creatividad fuera eterna ni que se debiese a ella. Hasta que un día, por fin se atreve a confesarle la razón: "Desde que enfermaste". Pero pese a la enfermedad, su falta de ánimo, y pese a la pobreza creativa de su marido, Ana seguía fiel a la belleza. Narrado desde la primera persona de su marido pintor, Delibes cuenta la historia de una vida dedicada al arte y a la estética, a la suya y a la de su familia, a la protección de su marido y de su obra.

Entrevista   sobre el libro: http://www.rtve.es/alacarta/audios/programa/miguel-delibes-habla-senora-rojo-sobre-fondo-gris/717285/

Citas del libro
  • Una copa acartona el recuerdo, pero, al propio tiempo , convierte la onerosa gravedad de tu cuerpo en una suerte de porosidad flotante... pasado el trance, sobreviene el decaimiento.
  • Ella era equilibrada, distinta ; exactamente el renuevo que mi sangre necesitaba.
  • A mí, que era su contrario me maravillaba su capacidad de adaptación.
  • Pero también su sensibilidad , que tan hábilmente disfrazaba de audacia.
  • Tenía una imaginación espumosa.
  • Había en ella una suerte e deslumbramiento infantil ante lo nuevo-bello que rayaba el fetichismo.
  • Veía más allá que el común de los mortales; tenía el ojo enseñado a mirar.
  • Es una de las limitaciones más crueles del ser humano. La vida sería más llevadera si dispusiésemos de una segunda oportunidad.
  • En la vida has ido consiguiendo muchas cosas, pero has fallado en lo esencial, es decir, has fracasado. Esa idea te deprime profundamente.
  • Yo recuerdo ese día como vivido dentro de otra piel, desdoblado.
  • Es claro que son visiones producidas por el alcohol, pero me valen: ya no puedo vivir sin esas visiones; lo que nunca consiguió el alcohol es borrar el recuerdo de aquel beso de hielo sobre se frente muerta.
  • Yo mismo ignoraba como había solventado las dificultades que ahora veía resueltas en el cuadro. Me asombraba de mi propia maestría. Tan ajeno me sentía que de esas obras solía decir que las habían pintado los ángeles, que mi mano sólo había cernido de instrumento, de médium.
  • Yo he sido feliz 48 años; hay quien no logra serlo cuarenta y ocho horas en toda su vida.
  • Quizás fue su capacidad para sorprender lo que me deslumbró de ella, lo que a lo largo de los años me mantuvo tenazmente enamorado de ella.
  • Se olvidaba del aire estancado en su cerebro.
  • Dentro de la cabeza, salvo un par de ideas, no podía haber nada benigno.
  • Me dejó la amarga impresión de que lo que había visto a través de su pupila estancada era la sombra de la muerte

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